martes, 20 de diciembre de 2011

El estrés laboral


El concepto de estrés laboral se define como "la respuesta fisiológica, psicológica y de comportamiento de un individuo que intenta adaptarse y ajustarse a presiones internas y externas". El estrés laboral aparece cuando se presenta un desajuste entre la persona, el puesto de trabajo y la propia organización.

En toda situación de estrés, existen una serie de características comunes:
a.- Se genera un cambio o una situación nueva.
b.- Suele haber falta de información.
c.- Incertidumbre. No se puede predecir lo que va a ocurrir.
d.- Ambigüedad: cuanto más ambigüa sea la situación, mayor poder estresante generará.
e.- La inminencia del cambio puede generar todavía más estrés.
f.- En general, se tienen habilidades para manejar las nuevas situaciones.
g.- Se producen alteraciones de las condiciones biológicas del organismo que nos obligan a trabajar más intensamente para volver al estado de equilibrio.
h.- Duración de la situación de estrés. Cuanto más tiempo dure una situación nueva, mayor es el desgaste del organismo.

Se describen tres fases sucesivas de adaptación del organismo:
1.- Fase de reacción de alarma: Ante un estímulo estresante, el organismo reacciona automáticamente preparándose para la respuesta, para la acción, tanto para luchar como para escapar del estímulo estresante. Se genera una activación del sistema nervioso con las típicas manifestaciones de sequedad de boca, sudoración, tensión muscular, o taquicardia.

2.- Fase de resistencia: Aparece cuando el organismo no tiene tiempo de recuperarse y continúa reaccionando para hacer frente a la situación.

3.- Fase de agotamiento: Como la energía de adaptación es limitada, si el estrés continúa o adquiere más intensidad pueden llegar a superarse las capacidades de resistencia, y el organismo entra en una fase de agotamiento, con aparición de alteraciones psicosomáticas.

En cuanto a los agentes estresores en el ámbito laboral se pueden clasificar en:
1.- Estresores del ambiente físico:
- La iluminación. No es lo mismo trabajar en turno nocturno que en el diurno.
- El ruido. Trabajar con alarmas continuamente, puede afectar no sólo al oído, sino al desempeño del trabajo: satisfacción, productividad, etc .
- Ambientes contaminados. La percepción de los riesgos, puede producir mayor ansiedad en el profesional, repercutiendo en el rendimiento y en el bienestar psicológico.
- La temperatura. A veces trabajar en un ambiente caluroso genera un tremendo disconfort.
- Peso. Los profesionales que han de trabajar en quirófano muchas horas con delantales o guantes protectores de plomo pueden estar sometidos a cargar con un peso importante. El cansancio puede duplicarse.

2.- Estresores de la tarea. La generación de estrés varía de unas personas a otras, ya que las características de cada tarea y de lo que genera en los profesionales va en función de lo que gusta o no hacer. Cuando la tarea se adecúa a las expectativas y a la capacidad del profesional, contribuye al bienestar psicológico y supone una importante motivación. Entre estos estresores se encuentran:
- La carga mental de trabajo. Es el grado de movilización de energía y capacidad mental que el profesional pone en juego para desempeñar la tarea.
- El control sobre la tarea. Ocurre cuando no se controla la tarea, es decir, cuando las actividades a realizar no se adecuan a nuestros conocimientos.
3.- Estresores de la organización: Conflicto y ambigüedad del Rol, ocurre cuando hay diferencias entre lo que espera el profesional y la realidad de lo que le exige la organización; la jornada de trabajo excesiva produce desgaste físico y mental e impide al profesional hacer frente a las situaciones estresantes, las relaciones interpersonales pueden llegar a convertirse en una fuente de estrés, trabajadores que hacen la vida imposible a todos sus compañeros; promoción y desarrollo profesional, en caso de que las aspiraciones profesionales no se corresponden con la realidad por falta de valoración de méritos.

El estrés laboral produce una serie de consecuencias y efectos negativos:
1.- A nivel del sistema de respuesta fisiológica: Taquicardia, aumento de la tensión arterial, sudoración, alteraciones del ritmo respiratorio, aumento de la tensión muscular, sensación de nudo en la garganta, etc.
2.- A nivel del sistema cognitivo: sensación de preocupación, indecisión, bajo nivel de concentración, desorientación, mal humor, hipersensibilidad a la crítica, sentimientos de falta de control, etc.
3.- A nivel del sistema motor: hablar rápido, temblores, tartamudeo, voz entrecortada, imprecisión, explosiones emocionales, consumo de drogas legales como tabaco y alcohol, exceso de apetito, falta de apetito, conductas impulsivas, risas nerviosas, bostezos, etc.

El estrés también genera una serie de trastornos asociados, que aunque no sean causas desencadenantes a veces se constituye en factor colaborador:
Trastornos respiratorios: Asma, hiperventilación, taquipnea, etc.
Trastornos cardiovasculares: Enfermedad coronaria, hipertensión arterial, alteraciones del ritmo cardiaco, etc.
Trastornos inmunológicos: Desarrollo de enfermedades infecciosas.
Trastornos endocrinos: Hipertiroidismo, hipotiroidismo, síndrome de Cushing, etc.
Trastornos dermatológicos: Prurito, sudoración excesiva, dermatitis atípica, caída del cabello, urticaria crónica, rubor facial, etc.
Diabetes: Suele agravar la enfermedad.
Dolores crónicos y cefaleas continuas.
Trastornos sexuales: Impotencia, eyaculación precoz, vaginismo, alteraciones de la líbido, etc.
Trastornos psicopatológicos: Ansiedad, miedos, fobias, depresión, conductas adictivas, insomnio, alteraciones alimentarias, trastornos de la personalidad, etc.

Los programas de prevención y control del estrés laboral deben partir de una evaluación multidimensional del proceso de estrés, es decir, de aquellos factores personales, interpersonales y organizacionales que intervienen en la generación del estrés en el trabajo. Puede deducirse, por tanto, que el estrés no puede ser analizado de forma aislada.

El estudio del estrés en el trabajo va a requerir el conocimiento de elementos esenciales tales como:
- Estresores: condiciones físicas y psicosociales del trabajo.
- Percepción del estrés: evaluación cognitiva del individuo en su apreciación de las demandas ambientales y los recursos de los que dispone.
- Variables moderadoras: características personales e interpersonales que pueden determinar la vulnerabilidad al estrés tales como: patrón de conducta, autoeficacia, locus de control, estrategias de afrontamiento, apoyo social.
- Respuestas al estrés: fisiológicas, comportamentales, cognitivas.
- Consecuencias sobre la salud, las relaciones interpersonales en el trabajo, la satisfacción laboral, rendimiento en el trabajo, etc.

En definitiva, para evaluar el estrés laboral es necesario utilizar diferentes instrumentos que se refieran a aspectos relacionados tanto con la situación laboral como con el individuo. Así, los instrumentos de evaluación que resultan más útiles son:
 - Listas de control para determinar los diferentes ámbitos de una organización relacionados con el contenido del trabajo y las relaciones sociales que pueden ocasionar estrés en los profesionales sanitarios.
- Cuestionarlos, escalas e inventarlos que permiten obtener información sobre la forma en que son percibidos los estresores, así como las características personales y estrategias de afrontamiento ante un evento estresante.
- Indicadores bioquímicos y electrofisiológicos para la medición de las respuestas fisiológicas.
- Cuestionarlos sobre problemas de salud que pueden ser ocasionados por el estrés.
- Sistemas de registro administrativo para evaluar, por ejemplo, el absentismo y la incapacidad laboral.
Las técnicas más habituales de afrontamiento y superación del estrés son las siguientes:
- Técnicas respiratorias: Muy útiles en los procesos de ansiedad, hostilidad, resentimiento, tensión muscular, fatiga y cansancio crónico.
- Técnicas de relajación progresiva: Son útiles en la ansiedad, depresión, impotencia, baja autoestima, fobias, miedos, tensión muscular, hipertensión, cefaleas, alteraciones digestivas, insomnio, tics, temblores, etc.
- Técnicas de autohipnosis: Altamente eficaces en cefaleas, dolores de cuello y espalda, alteraciones digestivas como el colon irritable, fatiga, cansancio crónico, insomnio, trastornos del sueño.
- Técnicas de entrenamiento autógeno: útiles en tensión muscular, hipertensión, alteraciones digestivas, fatiga, cansancio crónico, insomnio y otras alteraciones del sueño.
- Técnicas de detención del pensamiento: útiles en ansiedad ante situaciones concretas, fobias, miedos, obsesiones, pensamientos indeseados.
- Técnica del rechazo de ideas absurdas: Se utiliza en procesos ansiosos generalizados, depresión, desesperanza, impotencia, baja autoestima, hostilidad, mal humor, irritabilidad, resentimiento, etc.
- Técnicas de afrontamiento de problemas: Utilizadas en fobias y miedos y en ansiedad ante situaciones determinadas.
- Técnica de afrontamiento asertivo: Técnicas utilizadas en obsesiones, pensamientos indeseados, en problemas de comunicación y ansiedad ante situaciones personales.
- Técnicas de biorretroalimentación: Efectivas en procesos ansiosos generalizados, tensión muscular, hipertensión, cefaleas, dolores de cuello y espalda, espasmos musculares, tics, temblores, etc.

Para prevenir el estrés lo mejor es una dieta sana, dormir, ejercicio, diferenciar el ámbito laboral y el familiar, no llevarse trabajo o preocupaciones a casa y viceversa, organizar racionalmente el trabajo, afrontar los problemas inmediatamente, mejorar autoestima y comunicación.


miércoles, 7 de diciembre de 2011

Ergonomía doméstica: La prevención en las tareas del hogar

La mayoría de las personas encargadas de las tareas domésticas, se quejan con frecuencia de trastornos en el aparato locomotor, concretamente de las extremidades y de la columna vertebral. En multitud de casos pequeñas normas posturales o pequeñas modificaciones del modo o utensilios que usamos para las actividades del hogar pueden prevenir la aparición de estos problemas.


Como regla general, hay que tener en cuenta diferentes aspectos:

  1. Tanto si permanece de pie como sentado, mantenga siempre la espalda erguida.
  2. Evite giros bruscos con la columna. Al girar hacia los lados, hágalo con todo el cuerpo, si lo hace sólo con el tronco debilitará su columna.
  3. Evite en lo posible levantar objetos pesados. Si tiene que recoger algún objeto del suelo, doble las rodillas, nunca la espalda. Una vez agachado, use ambas manos, agarre con firmeza y arrime el objeto al cuerpo todo lo que pueda. A la hora de levantarse, hágalo con las piernas, no con la columna. Una vez arriba, asegúrese de que la carga no está bloqueando el campo de visión al comenzar a andar. Cuando llegue a su destino, invierta el procedimiento. Agáchese abriendo las piernas y doblando las rodillas y coloque la carga frente a usted.

Limpiar el suelo:

a) Con escoba, fregona u otros:

Al barrer y fregar el suelo, asegúrese de que la longitud de la escoba o fregona es suficiente como para que alcance el suelo sin que se incline. Si no es así, cambie el instrumento porque le será imposible utilizarlo sin sobrecargar su columna. Las manos deben poder sujetar la escoba o fregona manteniéndose entre la altura de su pecho y la de su cadera. Al barrer o fregar, mueva la escoba o fregona lo más cerca posible de sus pies y hágalo tan solo por el movimiento de los brazos, sin seguirlos con la cintura, asegurándose de que su columna vertebral se mantiene constantemente vertical y no inclinada.




b) Con aspirador:

Cuando pase la aspiradora, adopte la misma postura que para fregar el suelo, pero flexione algo más la rodilla avanzada. Si tiene que agacharse para pasarla por debajo de un mueble, agáchese doblando y apoyando una de las rodillas en el suelo. Vigile que su columna permanezca recta, y si debe inclinarla, apoye la mano que tiene libre sobre la rodilla o en el suelo. Se recomiendan aparatos con ruedas, que son mucho más fáciles de trasladar.




Limpiar ventanas y estantes altos:

Al limpiar los cristales de ventanas y los estantes que se encuentren en alturas elevadas, cuando use su mano derecha adelante el pie derecho y retrase el izquierdo, apoye la mano izquierda sobre el marco de la ventana a la altura de su hombro y utilice la derecha para limpiar. Al cabo de cierto tiempo, invierta la postura y utilice la izquierda. Asegúrese de que el brazo que limpie tenga el codo flexionado y limpie desde el nivel de su pecho al de sus ojos. Para limpiar por encima de ese nivel, súbase a una escalera u objeto y mantenga una de las manos apoyadas. Vigile que su columna esté recta y el peso se reparta entre sus pies y la mano que tenga apoyada.




Fregar:

Asegúrese de que el fregadero está aproximadamente a la altura de su ombligo, de forma que pueda sostener un plato en él con la columna recta y los codos formando ángulo de 90º. Mantenga un pie en alto apoyado sobre un objeto o reposapiés y alterne un pie tras otro, vigilando que su columna se mantenga recta. Al pasar los platos de un seno del fregadero a otro, hágalo sólo con los brazos, sin mover la cintura.




Cocinar o trabajar en la cocina:

Al igual que el fregadero, la encimera de la cocina, la vitrocerámica u el hornillo deben de estar a la altura del ombligo, cuando vaya a cocinar.

Distribuya bien los enseres de cocina en los armarios. Lo que más pesa debe estar colocado a un nivel comprendido entre el de su cadera y su pecho. Si tiene que buscar en un estante o armario colocado al ras del suelo, y sus rodillas se lo permiten, póngase de cuclillas frente al armario. Mantenga los pies relativamente separados para mejorar su estabilidad y, eventualmente, apoye una de las manos sobre la encimera.


Otra forma consiste en inclinarse de forma correcta: colóquese perpendicular u oblicuamente al armario, de forma que le quede (por ejemplo) a su izquierda, apoye su mano izquierda en la encimera e inclínese mientras apoya su peso en la pierna derecha y eleva la izquierda hacia atrás, realizando un levantamiento en báscula. Este sistema es útil cuando no se va a mantener en una postura inclinada mucho tiempo y lo que debe retirar no es muy pesado. Si tiene que permanecer cierto tiempo buscando en el armario, apóyese con ambas manos en la encimera, arrodíllese frente al armario apoyando sus nalgas en sus talones o manteniendo el apoyo de una de las manos en la encimera. Si lo que tiene que levantar es muy pesado, colóquelo en el suelo y levántelo con una carga diagonal.




Planchar:

Al planchar, la tabla de planchar debe ser relativamente alta, llegando hasta la altura del ombligo o ligeramente por encima. Si está de pie, mantenga un pie en alto y apoyado sobre un objeto o reposapiés y alterne un pie tras otro. Si en algún momento debe hacer fuerza sobre la superficie, baje el pie del reposapiés, retráselo en relación al otro pie y apoye la mano con la que no sujeta la plancha en la mesa. De esta forma su peso será mantenido por la mano con la que se apoya y sus dos pies, y no lo soportará su columna. En esa postura, utilice el brazo, y no su peso, para presionar la plancha contra la tabla.




Tender:

Al tender mantenga una postura erguida, con las manos a nivel de la cadera si el tendedero es desmontable; en el caso de que el tendedero esté por encima de su cabeza regúlelo a una altura adecuada a su persona.
 

Comprar:

Al ir a la compra, intente evitar tener que transportar lo comprado. Es mejor hacerlo dos veces por semana y que le traigan la compra a casa que cargar y transportar varios kilos de peso. Si debe transportar la compra, use un carro, debe mantener una postura erguida sin hacer una extensión de hombro completa y con un mínimo porcentaje de flexión de codo; siendo la mejor alternativa empujar el carro. Si no tiene más remedio que transportar personalmente la compra, sin carro, use una mochila o reparta el peso por igual entre ambos brazos, manteniéndolo lo más cerca posible de su cuerpo evitando transportar más de dos kilos en cada brazo.


domingo, 27 de noviembre de 2011

La iluminacion en el puesto de trabajo

La iluminación, tanto por defecto como por exceso, es causa de accidentes laborales, de malestar y de enfermedades que, en general, se han asimilado a enfermedades comunes.

Un buen sistema de iluminación debe asegurar suficientes niveles de iluminación, un contraste adecuado en la tarea, ausencia de deslumbramientos y un cierto grado de confort visual.

Es conveniente conocer ciertos conceptos utilizados en iluminación de los que se destacan los siguientes:
El nivel de iluminación es la cantidad de luz que se recibe por unidad de superficie, su unidad es el lux. 
El Contraste es la apreciación subjetiva de la diferencia de apariencia de dos partes del campo visual vistas simultánea o sucesivamente.
El deslumbramiento es la incapacidad temporal de ver. Está originado por la presencia en el campo visual de una fuente de elevada luminancia que produce la insensibilización de la retina.

La iluminación natural es deseable por la calidad de luz que proporciona y por el bienestar que implica. No obstante, debido a que su intensidad varía con las estaciones y las horas del día, se recurre a la iluminación artificial.

Se debe evitar que los puestos de trabajo en general, y los que tienen pantallas de visualización de datos en particular, estén situados frente o contra una ventana o una superficie que tenga una luminancia elevada; por otra parte, las ventanas de dichos puestos deben estar dotadas de cortinas o persianas opacas y regulables, preferentemente de láminas verticales.


Iluminación.

 

Las tareas y trabajos de oficina están íntimamente ligadas a la lectura, tanto de documentos como de textos sobre la pantalla del ordenador; por tanto, se trata de tareas con altos requerimientos visuales en las que las condiciones de iluminación resultan muy importantes para prevenir molestias y problemas visuales.


Reflejos de pantallas. 

 

El problema más frecuente en las oficinas actuales está relacionado con la aparición de reflejos en las pantallas de los ordenadores, asociados a la presencia de focos de luz directa, tanto natural (ventanas), como artificial. 


Es necesario analizar la distribución de focos de luz con relación a los puestos de trabajo para evitar este tipo de problemas, disponiendo, en caso necesario, de los elementos de difusión de la luz adecuados (persianas y cortinas en las ventanas o difusores en los focos de iluminación general). Hay que señalar que en muchas ocasiones estos reflejos inducen al trabajador a cambiar la colocación del ordenador sobre la mesa, ubicándolo en una zona posiblemente incorrecta desde el punto de vista de la comodidad postural; en estos casos se evitan los reflejos, pero a costa de crear un nuevo problema postural. 

En caso de detectar reflejos, es necesario la colocación de persianas o pantallas difusoras de la luz, pero no coloque nunca el ordenador en una posición que le obligue a trabajar en una postura incómoda. 

Deslumbramientos.

Están íntimamente relacionados a la existencia de fuentes de luz directa muy  intensa o a luz reflejada sobre superficies muy claras. Las soluciones para las luces directas son similares a las anteriormente descritas, esto es, disponer de elementos que difundan la luz. La luz reflejada desde superficies claras apenas se nota si la pantalla es antireflejante. 

En contra de los deslumbramientos, está el problema contrario la falta de iluminación en el entorno de trabajo. La mejor solución es disponer de una iluminación general homogénea de luz difusa, con un nivel suficiente, usando otros focos de iluminación complementarios en los puntos en los que sea necesario.

El último aspecto a tener en cuenta en cuanto a los deslumbramientos es el tema de los contrastes entre las diferentes superficies en los centros de trabajo: papeles, pantalla del ordenador y mesa de trabajo.

Es conveniente atender al contraste entre la mesa y el resto de superficies; este consejo es especialmente importante al elegir las mesas, sobre todo las destinadas a puestos de directivos, quienes suelen preferir superficies demasiado oscuras. Las superficies en gris, beige, crema o color madera natural (más o menos clara), proporcionan contrastes adecuados. En cualquiera de los casos, son preferibles los acabados mate antes que los brillantes, ya que éstos pueden dar lugar a reflejos.

domingo, 20 de noviembre de 2011

La postura correcta

Son muchas las personas, a lo largo del día, que se sientan enfrente de un ordenador. Y no sólo me refiero en su puesto de trabajo, sino también en su casa.

Una de enfermedades más corrientes y comunes que se están dando y no sólo en el ámbito laboral, sino también en el hogar, son los molestos dolores de espalda, concretamente en la zona lumbar. Y todo ello por no tener una forma correcta de sentarse. A veces por no tener una correcta silla, por tener la mesa más baja de lo recomendado; cogemos lo primero que tenemos sobre todo cuando lo que tenemos es un portatil, y más aún cuando es un Netbook.

En el ambiente laboral, casi todos los trabajadores son conscientes, aunque a veces no lo hagan, de cómo han de sentarse. Tienen una fotocopia que le ha sido proporcionado por el servicio de prevención correspondiente con un dibujo con el puesto de trabajo, la silla, el ordenador...





Lo que si hecho en falta es la poca o nula conciencia que desde pequeño tenemos de cómo sentarnos, ya desde el colegio o instituto y más en la universidad, tenemos tendencia a encorvarnos para coger nota de lo dice el profesor o cuando los jóvenes, y no tan jóvenes, se ponen delante de los libros a la hora de estudiar y claro son demasiados años con malas posturas. Nos hemos acostumbrado a sentarnos de manera indebida.

Ya en la vida cotidiana sí que no aprendemos, y tampoco nadie nos han enseñado, a coger desde el suelo la garrafa del agua, a planchar correctamente, ver la televisión... son tantas las cosas a lo largo del día y todo ello con posturas inadecuadas.




Otro día hablaré de la ergonomía doméstica.

jueves, 10 de noviembre de 2011

El debate por el desempleo

Permitidme que mi primera entrada sea para comentar, desde esta humilde butaca, lo ocurrido el pasado lunes por la noche en el esperado debate entre los candidatos de los dos grandes partidos políticos, Pérez Rubalca por el PSOE y Mariano Rajoy por el PP, con motivo de la elecciones generales del próximo día 20 de Noviembre.

Ya han pasado varios días de este encuentro con opiniones, encuestas, estudios varios sobre lo ocurrido y todos, y a tenor del tiempo dedicado a ello, coinciden en que el debate se centró en el gran problema de la sociedad española a día de hoy y seguramente durante algún tiempo más, que por cierto ya nadie pone fecha de fin o fecha de una verdadera recuperación, la situación económica por la que atraviesa Europa y el desempleo.

Viendo el debate y leyendo los posteriores análisis del mismo me atrevo a dar unas pinceladas de lo que uno y otro van a realizar en caso de que ganasen las elecciones generales.

El candidato socialista se comprometió a una reduccion, mejor dicho una exención, de las coutas empresariales a la seguridad social hasta el año 2013 en caso de que se celebren contratos indefinidos o contratos formativos en pequeñas empresas. Elaborarán planes específicos de empleo para jóvenes, mayores o sectores productivos y presentarán una ley de Fomento Empresarial con el objetivo de que cada año se creen más de 350.000 empresas y se pueda elevar la tasa de creación de empresas del 7 % actual al 10 %.

Por su parte, el candidato popular avanzó que acometerá una nueva reforma del mercado de trabajo. Abogó con que haya menos tipos de contratos laborales e impulsará la creación del fondo de capitalización individualizado para cada trabajador. Respecto a las pymes y autónomos, el PP dará un apoyo fiscal de 3.000 € por contratar al primer trabajador que no tenga la condición de socio de una empresa de nueva creación y bonificará las cotizaciones sociales para los autónomos que contraten a su primer trabajador no socio

En lo que coinciden ambas formaciones es en la necesidad de acabar con la excesiva temporalidad, así como que hay que aumentar la flexibilidad interna de las empresas para poder adaptarse mejor a los cambios económicos, pero siempre que las condiciones laborales sean pactadas entre los trabajadores y el empleador.


A  mi enterder, todas estas medidas que seran llevadas a cabo por el partido politico ganador, deben ir acompañadas por toda una serie de ajustes en la economía española así como un cambio en el sistema económico, en el sistema financiero: reforma de IRPF y del impuesto de sociedades, quien gane más ha de pagar más y de manera proporcional a sus ingresos globales.

Estas medidas deberan ir de la mano de una restructuración del sistema bancario, donde los bancos faciliten la creación de empresas, con créditos a un bajo interés. Así como la de apoyar proyectos de empresas que buscan nuevos cauces comerciales y necesitan de financiación para acometerlos.

Deberan de ir acompañados de una mejora en cuanto al tiempo que se tarda para la creacíón de una empresa, así como ayudas al pago de los demás impuestos de las distintas administraciones competentes, como el caso del Impuesto de Actividades Económicas. Coordinacion entre las distintas administraciones autonómicas, locales y nacionales para incentivar y fomentar tanto el autoempleo como al autónomo con trabajadores a su cargo.

Y, por supuesto, una reestructuración de los devengos salariales en Ayuntamientos, Diputaciones y demás administraciones. No es posible que un chofer de un presidente de una Diputación gane cerca de 60.000 € al año. No es posible, pero cierto.

martes, 1 de noviembre de 2011

Bienvenida

Despues de algún tiempo pensando en querer tener un espacio y dedicarlo a mi profesión para comentar y dar mi opinion sobre noticias, leyes o algún que otro titular de prensa, hoy me he decidido a ponerlo en práctica y hacer este blog sobre las Relaciones Laborales y la Prevención de Riesgos Laborales.
Ahora más que nunca hace falta ese ansiado concierto entre los agentes sociales, para intentar reducir esa lacra, en la que por desgracia cada vez son más personas y más familias las que se ven inmersas: El desempleo.
Y la Prevención de Riesgos Laborales, tan necesaria en estos momentos, ya que la casi no formación de los trabajadores en materia de seguridad es debida a la cultura prevencionista española, que ve la prevención como un gasto, como algo que tienen que hacer para que la inspección no les ponga la temida multa y no cómo una inversión de futuro tanto para sí mismo como para sus trabajadores y trabajadoras.